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jueves, 22 de mayo de 2014

El valor de Rizpa

               

Subió al cerro y lo que vio la paralizo...Cuerpos inertes pendían colgados con una soga alrededor de sus cuellos, eran sus dos hijos y sus cinco nietos.

Esta mujer posiblemente ya con unos cuantos años, se vistió de luto, puso un paño sobre una piedra  y se acostó sobre ella, se coloco muy cerca de sus seres queridos, ellos habían pagado con sus vidas por cuestiones de sus antepasados.

Ahí estaba Rizpa cuidando de esos cuerpos, horas y horas, días y noches espantando a todo animal que quisiera devorarlos; no quería que aun muertos sus hijos y nietos sean la comida de buitres y animales salvajes. Pasaron varios días cuando el rey se entero de lo que esta mujer estaba haciendo, mando a retirar los cuerpos y darles sepultura.

Nunca permitamos que nuestra descendencia sea “la comida del enemigo” Velemos por ellos, inculquémosle la sana doctrina, sus valores, sus derechos, el amor, la pacificación, la caridad, la honestidad, las buenas acciones.


En estos tiempos de tanta controversia, donde se han cambiado los valores se necesitan mujeres y hombres que como Rizpa se levanten con convicción y firmeza impidiendo que las “aves rapaces” se hagan una fiesta. 

jueves, 6 de febrero de 2014

Cadenas invisibles

Al  leer una carta de un interno carcelario, privado de la libertad, interprete que: Cuantas veces decimos “somos libres” porque caminamos por la ciudad, somos alumnos de la universidad, somos operarios en la fábrica, o comerciantes, ejecutivos o profesionales, decidimos en compras y ventas, planificamos las vacaciones, ejecutamos decisiones en nuestros hijos y a veces en nuestros mayores. “actuamos libremente”.

Si bien, sin caer en enfermas adicciones como el alcohol, o las drogas, pornografía, ludopatía y en unas cuantas mas, tenemos cadenas “invisibles” que se instalan en la mente, en el pensamiento y en el corazón.

Son esas cadenas que sin ser de metal, aprisionan de tal forma que asfixian el intelecto. Tal vez fue, aquella falta de perdón, resentimiento, hipocresía, falsedad, o esos malos pensamientos ocultos escondidos en lo más intimo, dañan de tal manera que son “pesadas cadenas invisibles”.

En cierta ocasión Jesús se encontró con un grupo de personas y les dijo: “Conocerán la verdad y la verdad los hará libres”, ellos se molestaron y le respondieron que “ellos eran libres porque no eran esclavos”, Jesús les respondió que serian libres de verdad si “El” perdonaba sus pecados.

Para eso vino Jesús, para quitar todas esas cadenas ocultas e invisibles que detienen y no dejan ser libres.


Permitamos que “El” las corte y caminemos en libertad.