Llovía torrencialmente, una fuerte tormenta se había desatado sobre esta zona, no era el día propicio para andar por las calles, la emisora local informaba que las personas que no tenían obligacion de salir, se mantengan en sus casas, pedían a los automovilistas conducir con precaución.
Mi hija, su esposo y mis nietas venían esa mañana para estos lugares, así que imagine que ya estarían de viaje, a mi móvil llego un mensaje de ella que decía que venían por la ruta despacio porque llovía fuerte, y aunque yo no quería pero la inquietud se apodero de mi. Estaba muy pendiente de cada segundo, de cada minuto que iban transcurriendo, en algunas circunstancias nuestra mente no es la mejor consejera, los pensamientos eran como pajaritos que iban y venían en mi cabeza.
Enseguida recordé de unas personas que también pasaron por momentos de inquietud y temor.
Era un día esplendido para navegar,iban en una pequeña embarcación por un inmenso lago, nada hacia suponer que el mal tiempo les iba a jugar en contra haciéndoles pasar un mal momento.
¡Que calma tenia el lago! ¡Como transmitía paz! era un día diáfano para la navegacion, iban tan bien, tan cómodos, tan relajados!!!!, cuando de pronto de la nada se levanta un viento muy fuerte, unas olas de gran tamaño comenzaron a levantarse, el pobre barquito parecía una cascara de nuez en medio de una gran tormenta, el agua comenzo a entrar,estos hombres se esforzaban por sacarla pero era imposible, cada vez la tormenta era mas fuerte, pronto se dieron cuenta que era cuestión de segundos, de minutos, iban a terminar hundidos en el medio del lago, ¡Se iban a ahogar todos!!!!!!
Ahí se acordaron que no iban solos que junto a ellos venia el Señor Jesús, El se había recostado y estaba dormido. ¡Maestro! ¡Maestro! nos hundimos!!!!!!Jesús se despertó se incorporo y ordeno al viento y a las olas que se calmen. Y todo quedo tranquilo y en paz, el viento ceso y reino la calma.
Con Cristo vamos seguros, aunque satanás venga a levantarnos tormentas el Señor las va a aquietar, tenemos que llamarlo en los momentos de sosobra y El va a acudir Romanos 10:13 dice que todo el que lo invoque sera salvo.
Había pasado 2 horas desde que recibí el mensaje de mi hija, cuando escucho el timbre, levanto el tubo del portero eléctrico y siento la voz de mi nieta. -Abuela, abrí somos nosotros-. A mi también como a los discípulos me llego la bonanza, su voz me trajo tranquilidad.
La voz de Jesús trajo a los discípulos confianza,seguridad,bienestar. Esa misma voz es la que hoy nos dice:Yo estoy todos los días hasta el fin!!!!!!!Confiad!!!!