Yo fui testigo de ese funeral, ya que en esos días estábamos con mi esposo paseando por España, por las calles, los municipios, las ciudades, en todo lugar de lo único que se hablaba era de la muerte del padre del rey.
Las señales de television transmitían en vivo para que toda la nación pudiera presenciar el entierro del conde de Barcelona. Fue enterrado con el mas alto honor humano que una nación le puede brindar a una persona, y yo pensaba y su alma ¿QUE? ¿Habra recibido al Señor Jesús como su Salvador? ¿Habra aceptado que la sangre de Jesucristo perdone sus pecados? Oh tal vez su status y la nobleza a la que pertenecía no lo permitían? No lo se. Pero algo se positiva mente y lo puedo afirmar y es sobre otra persona que paso a la eternidad en otras circunstancias muy distinta a la anterior (yo fui testigo).
Era el atardecer del día 31 de Agosto del año 1977. En una modesta casa del partido de Malaver (pcia. de Bs.As. (Argentina), se encontraba un anciano en sus ultimas horas de vida, ya su desgastado cuerpo se negaba a seguir, sus fuerzas ya estaban decayendo, una enfermedad había minado su cuerpo. No era ni la sombra de lo que había sido, un bello hombre, lo recuerdo alto, fornido, de amplias espaldas, unos ojos hermosos color cielo. Pero esta enfermedad lo había deteriorado a tal estado que parte de su cuerpo tuvo que ser amputado. Era doloroso para su familia verlo en esas condiciones, sin embargo su rostro vislumbraba a Cristo, era tanta la paz que el tenia que la trasmitía a todos los que lo veían, su cara brillaba de gozo..
Ya deseaba dejar este mundo porque sabia que le esperaba algo mejor, Anhelaba disfrutar de esas moradas que su Señor había preparado para el.
Estaba próxima la medianoche de ese día cuando su hija que estaba a su lado ve que su padre le toma la mano y con débil voz le dice:¡Mira hija,esta lleno de ángeles!!!!! Su rostro se ilumino!!El veía a los ángeles que el Señor mando para llevarlo a su presencia. Y así fue que con una paz desbordante, con una sonrisa en su rostro paso a estar en los amados brazos de Jesús. ¡Ya no mas sufrimientos! ¡Ya no mas dolor!!.
Estas dos historias yo las viví bien de cerca, no se si al conde de Barcelona lo volveré a ver, al otro anciano de condición humilde, sin riquezas económicas, si LO VERE!!!! siempre y cuando yo permanezca fiel.
Este anciano se llamaba Miguel Ramacieri y era mi querido abuelo!!!!
Muy bueno!!!
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