A unas cuadras de mi casa hay una avenida llena de grandes arboles, en estos días da placer caminar por esas calles que despiden una agradable fragancia a TILO; es muy gratificante recorrer a lo largo esa arboleda. Mientras hoy transitaba por ella y sentía ese suave aroma, me acorde de San Pablo, cuando les hablaba a los habitantes de Corinto, y les decía que somos como un perfume que da vida, a medida que vamos transitando tenemos que despedir olor a Cristo.
Dice las sagradas escrituras que para los que creen es olor a vida.
En estos días que estamos próximo a la Navidad, donde vamos a recordar el nacimiento del niño Jesús, es bueno que hagamos un balance de como hemos transitado este año, hagamos una reflexion si hemos despedido grata fragancia.
Así como el pesebre se lleno de perfume, de los aromas del incienso y de la mirra, que nuestra vida pueda despedir fragancia aceptable a los ojos de Dios!!!!
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