Conocia el camino. Un tiempo atras lo habia transitado llevando a su marido a enterrar, ahora llevaba a su hijo. Se le hacia muy dificil caminar, sus piernas parecian de plomo, es el dolor mas grande para una madre tener que llevar al cementerio a su unico hijo, ese muchacho que tanto amaba, en la flor de la edad, en plena juventud, la muerte se lo habia arrancado de sus manos, se encontraba destruida y desconsolada.
Cuando su esposo fallecio, su hijo se habia hecho cargo de ella, dependia de el para su manutencion, ahora nada le quedaba.
Vecinos y amigos que la apreciaban la acompañaban, una buena comitiva iba detras del ataud, pero ella sentia la angustia, la desproteccion y la soledad, no dejaba de llorar.
Cuando van saliendo de la ciudad, otro grupo de personas vienen entrando, hay mucho bullicio, se los ve animosos, alegres. Cuando los dos grupos estan frente a frente Jesus sale de en medio y se pone frente a la madre, siente mucha compasion y le dice: "No llores" y tocando al feretro dice: "Joven, levantate". Ante la mirada atonita de todos los que alli estaban este joven vuelve a la vida.
No imagino esta madre que en las afueras de la ciudad, a pocos metros de enterrar a su hijo, esto iba a suceder.
Todo encuentro con Jesus produce cambios, la madre salio de su casa llorando con el hijo muerto, regresa abrazada a su hijo llena de alegria.
El Señor asi como vio la necesidad de esta mujer, El conoce cual es la tuya, derrama tu corazon delante de su presencia y El concedera lo que necesitas.
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