Corrió hacia el refugio para resguardarse, caía una lluvia muy fuerte, pensó que el maletín que llevaba en su mano se iba a mojar y quería proteger la documentacion que allí llevaba.
Medio rezongando y de mala gana llego al "refugio", cuando vio que allí había una persona, lo saludo y palabra seguida fue una queja "Que día horrible", el hombre tardo unos segundos y luego le respondió así: "Señor para el que ve todos los días son lindos", el quedo sin respuesta (el hombre era ciego),nunca mas esta persona se quejo por el mal tiempo.
Nuestra naturaleza tiende a la queja, si somos flacos o gordos, bajos o altos, lindos o feos, si tenemos carencias económicas o abundancia, si tenemos trabajo o si no lo tenemos, si somos solteros o casados, si hace calor o frio o si la nieve nos tapa o si el sol abrasador nos derrite.
Gran parte de las 24 hs. del día, de nuestra boca salen quejas, quejas y mas quejas. El apóstol Santiago aconseja que tengamos paciencia y a no desesperar, dice que hagamos como el campesino que con paciencia espera la lluvia y también espera que la tierra le de buenas cosechas. "No se quejen unos de otros para que no seáis condenados"
Erradiquemos de nuestra vida la queja, y viviremos mucho mas felices.
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