Cuando Dios nos marca un camino y por nuestra necedad tomamos para otro lado , el fin no va a ser el mejor.
Tenemos el ejemplo de Jonas, un hombre que Dios le dijo hacia donde tenia que ir, pero el no obedeció, pensó en irse al lugar opuesto, preparo su ropa y se dirigió al puerto, allí vio los barcos hacia donde se dirigían. Una embarcación estaba a punto de salir a un lugar muy lejos, saco el pasaje y embarco, muy contento estaba de irse bien lejos, donde nadie lo conocía, donde nadie supiera quien era, quería olvidarse de lo que Dios le había mandado hacer, no quería saber nada de EL.
Ya en el barco comenzo a disfrutar del viaje, que placer sentía de cambiar de rumbo.
Luego de días de navegacion y cuando estaba en alta mar, comenzo un fuerte viento que se convirtió en una tempestad, el barco se sacudía que parecía que iba a partirse, los marineros desesperados comenzaron a tirar la carga al mar, así quitaban peso. Igualmente la terrible tormenta seguía, Jonas todo acurrucado en un rincón se dio cuenta que esto era por su desobediencia, el era el culpable de esta situación, llamo a los marineros y pidió que lo tiren al mar, esto estaba pasando porque el estaba allí, lo tiraron y allí enredado entre las algas con su grande boca un pez lo estaba esperando, cuando reacciono estaba dentro de la panza, y en ese lugar oscuro entre las viseras le dijo a Dios: "Llegue a pensar que ya no me querías, pero TU estas salvando mi vida, cumplire lo que TU me mandaste, solo TU puedes salvar"
En la orilla del mar apareció Jonas, allí cambio el rumbo y comenzo a marchar para el lado opuesto. Lo que vivió sirvió para darse cuenta que por mas que quiera huir es algo imposible.
¿A donde huiré de tu presencia? ¿Habra algún lugar donde podamos escondernos cuando Dios nos llama? Detengamosno en el camino y observemos si tenemos que cambiar el rumbo.
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