El Ciruelo

A través de la ventana veo al lado de mi casa un ciruelo que en estos días ha comenzado a dar nuevos brotes. Unos meses atrás era un árbol aparentemente seco, el viento, las lluvias, las heladas cayeron sobre el, a veces se lo veía frágil, doblándose como que se iba a romper. Pero en estos días cambio, lo observo y veo algo nuevo, como que una nueva vida entro en el, se lo ve erguido, aquellas frágiles ramas han tomado fuerza y brotes comienzan a aparecer, mientras lo miro me puse a pensar que las personas somos muy parecidos al ciruelo, los vientos de la vida nos golpean tan fuerte que a veces nos doblamos, nos vemos secos, frágiles, cuantas veces creemos que no nos vamos a levantar.

El ciruelo permite a la naturaleza actuar en el, nosotros también dejemos a Dios entrar en nuestras vidas para que El actúe, que la savia del Espíritu Santo corra por nuestro interior, El Señor quitara toda hojarasca para permitir nuevos brotes.

El nos dice:”Vengan a mi y yo les doy nueva vida” tendrán la fuerza de un búfalo, ríos de agua viva correrán por vuestro interior, saltaran como becerros de la manada, caminaran y no se cansaran, volaran como las águilas, tendrán la fuerza de un león…

A su tiempo vendrán los frutos.

Demasiado tarde

¿Por qué llego tan tarde?  Si hacia varios días que le habían mandado un mensaje diciéndole-vas a tener que venir a verlo, porque tu amigo esta bastante mal de salud-

Pero El siguió atendiendo sus menesteres, y así fueron pasando algunos días hasta que decidió ir a verlo.

Cuando llego a la casa le dieron la mala noticia -Hace cuatro días que murió-. En ese lugar todo era dolor y quebranto, su familia no tenia consuelo; mientras este joven vivía tenían esperanza que el sanaría y se iba a recuperar. Pero ya todo había terminado, no había solución, ya era demasiado tarde

-Llévenme hasta donde esta sepultado- ¿Para que quieres ir? Es tarde - le dijeron- Como el insistió lo llevaron, y cuando estuvo delante de la tumba llamo a su amigo, y para sorpresa de todos los que allí se encontraban, el que había muerto volvió a la vida.

Cuantas veces tu dices “es demasiado tarde” te sientes derrotado, fracasado, crees estar caminando en un callejón sin salida, estar adentro de un laberinto sin encontrar la puerta, tal vez aquella ilusión de tener un buen matrimonio se trunco, o aquella deuda que te tiene atado, porque no la puedes saldar, esa enfermedad que te cansa y agobia, o esa situación que se escapo de tus manos y no la puedes controlar, pero “ese amigo” que creyeron que llegaba tarde, también llega a tu vida, solo tienes que confiar y veras la gloria de Dios.

Nunca digas que ya no hay esperanza, nunca es demasiado tarde, solo deja que “el” tome el control.

Me sigue maravillando tu amor

Me sigue maravillando su amor…vuelve a dejarme sin palabras y me despoja de la versión de mi misma, me rodea con sus brazos amorosos y me abraza con su mirada compasiva, diciéndome: “Hija, ven a mi, descansa en mi” “Te ame cuando viniste a mi sin conocerme, aun cuando tus huesos se formaban en la panza de tu mami, Yo te estaba mirando, y podía ver crecer a una niñita que se convertiría en una mujer con propósito” “Te ame cuando decidiste hacer lo que querías, cuando tus ojos no vieron mas los míos, cuando dijiste: Basta Dios, no me molestes, déjame tranquila”

“Te ame y llore por amor a vos, porque sabia cuanto te estabas lastimando y cuan duro se tornaba tu corazón”  Si, te ame…te ame tanto que rogaba al Padre a favor tuyo pidiéndole misericordia. Y mas aun, te ame, cuando volviste tu mirada hacia mí y llegaste con despojos de tu corazón, con pedazos rotos, con heridas tan grandes, tan golpeada, tan maltratada, tan vacía, tan sin rumbo, que no había para ti consolación…

Y si, te ame, te ame hija, porque aunque el enemigo quiso hacer añicos tu vida, “tu decidiste por mi”, porque a pesar de todo, tu también me amabas…

Y te amo, te seguiré amando y cuando sientas que no puedes mas, recuerda siempre que Yo Jesús morí y resucite por ti para que tengas vida y vida eterna…

Y si, te amo, y te seguiré amando, porque mi amor por ti, sigue siendo el mismo y sigue siendo el que susurre tu nombre cada dia en tu despertar.

                                                                               Te amo, Jesús.

Por Rosana

Una decision equivocada

Harapiento, sucio, maloliente, con hambre, andaba deambulando sin rumbo fijo.

En esas condiciones no era fácil encontrar algún trabajo; quien iba a querer emplearlo viendo su estado.

En poco tiempo se había quedado sin dinero, sin amigos, aquella ropa fina y elegante que un día lucio, se había convertido en trapos sucios, ni una moneda en sus bolsillos tan siquiera para comprar un poco de pan. Casi sin darse cuenta fue a parar a una casa de campo y allí lo mandaron a cuidar unos cerdos: como deseaba comer lo que esos animales tenían en su boca.

¿Cómo había podido llegar a semejante estado? Comenzó a recordar la hermosa casa que había dejado, la abundancia de comida, el buen confort, el amor de su padre, su hermano. Se preguntaba como se le ocurrió esa loca idea de pedirle a su padre la parte de los bienes que le correspondía, e irse a recorrer el mundo y “disfrutar”, pero todo eso pronto termino y allí estaba en el chiquero pensando que los sirvientes de su padre estaban en mejores condiciones que las de el.

Voy a regresar a la casa de papa-pensó-si no me quiere recibir como hijo le voy a pedir que me acepte como a un criado. Y allá se dirigió.

Arrastrando los pies, tomo el camino de vuelta a la casa, su padre que todos los días salía a ver si ese hijo querido regresaba; lo reconoció, corrió a recibirlo, lo abrazo, lo beso y preparo una gran fiesta para celebrar.

Que lastima perdió parte de su vida por una decisión equivocada.

Cuantas veces igual que este joven, tenemos en la mano una buena familia, un bienestar y por esas ideas que se cruzan en la mente, queremos un cambio, porque tal vez la rutina nos cansa, nos agobia, nos asfixia, queremos probar nuevas experiencias.

El querer alejarnos de Dios y hacer lo que a nosotros nos parece, nos va a traer consecuencias.

El rey David dice en uno de sus salmos: La ley de Dios es perfecta, y nos da nueva vida. Sus mandamientos son dignos de confianza pues dan sabiduría. Las normas de Dios son rectas y alegran el corazón. Sus “mandamientos” son puros y nos dan sabiduría. Nadie puede darse cuenta de los errores que comete. ¡Perdóname Dios mío, los pecados que cometo sin darme cuenta! ¡Líbrame del orgullo! ¡No dejes que me domine! Líbrame de la desobediencia para no pecar contra Ti. 

Busquemos la dirección de Dios para no equivocarnos en nuestras decisiones.