Cuando era una
niña al lado de mi casa había unos vecinos que tenían un hermoso departamento.
Al entrar se podía ver una sala con unos lindos y costosos muebles con detalles
de mármol, una hermosa vitrina con copas de cristal, pero lo que mas adornaba
la casa y llamaba la atención era una gran alfombra persa que cubría una parte
del salón, pero…. La señora tenia una mala costumbre, cuando barría ponía toda
la pelusa debajo de la alfombra.
-Total, nadie la
ve- sabia decir.
Muchas veces
actuamos como esta señora, ponemos “debajo de la alfombra las pelusas”
Tal vez todo lo
que vamos juntando, que no son pecados groseros, ni cosas deshonestas o
inmorales, pero son pequeñeces como malos pensamientos, rencores, envidias,
contiendas, y otras cosas mas. Son unas pequeñas zorritas que echan a perder
nuestras viñas.
¡Cuanta razón
tenia el rey David cuando dijo! “Crea en mi Oh Dios un corazón limpio y
renueva un espíritu recto dentro de mi”
Seria bueno que
“levantemos la alfombra”y saquemos todo lo que se esta juntando para que
nuestra habitación este limpia y resplandeciente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario