Faltaban algunos
metros para llegar a la avenida, pero
mas me acercaba el perfume era más intenso.
Grandes árboles de tilo a lo largo
de cada acera impregnaban el lugar de la fragancia de sus flores.
Recordé el poema
más hermoso de Salomón donde la novia le dice al novio “Prefiero disfrutar del
aroma de tus perfumes y eso eres tu perfume agradable…”
San Pablo
escribió en una de sus cartas que somos perfumes agradables.
Anunciar la buena noticia es como ir dejando por todas partes el suave aroma de un perfume, el mundo necesita que los hijos de Dios lo llenemos de buena fragancia, de agradable aroma.
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