Bienvenida!!!!
Bienvenidos a este espacio de bendicion!!
jueves, 29 de diciembre de 2016
jueves, 22 de diciembre de 2016
Primera navidad
Busco y
busco y nada encontró, allí sentada en un burrito estaba su mujer, todos los
hospedajes estaban ocupados, la ciudad de Belén llena de ciudadanos que habían llegado por un censo, golpeo varias puertas pero la respuesta era
siempre la misma “No hay lugar”.
Ese niño
bendito en el vientre de María quería nacer… hasta que un mesonero le dice a José si quería alojarse en el establo donde pacían y dormían los
animales, ese fue el único lugar disponible, con sus manos preparo en el
pesebre una cunita con el forraje que encontró, y esa noche bendita
cuando todos allá en la ciudad ya estaban entregados al descanso… entre el asno
y la vaca, las ovejas y cabras nació el bebe escogido por Dios para ser el
Salvador del mundo.
En
pañales lo envolvieron y los animales le daban calor en esos días tan fríos de
ese país.
Así de
sencilla y humilde fue esa primera navidad, muy lejos a las nuestras de brillo,
pompas, comilonas.
Que en
esta navidad nos volvamos a aquella primera,
ofrezcamos nuestro corazón a
Jesús y digámosle que hay lugar para que “El” more para siempre.
lunes, 28 de noviembre de 2016
Le decían Lorenza cuento corto por Mary Romero, premiado en tercer lugar por Escritores Argentinos.
La llamaban la loca Lorenza, decían que era rara, ausente, perdida, como
que vivía en otro mundo.
La veían salir temprano en la mañana a sacar el perro, a comprar algunos
víveres y luego pasaba el día encerrada en su casa. Algunos niños traviesos del
vecindario tocaban el timbre y salían corriendo, le tiraban piedras al frente
de su casa, o le gritaban “loca, loca”, pero ella ni se percataba de ellos, de
la puerta para afuera no tenia ninguna relación, su mundo era pequeño,
solamente su modesta casa del barrio de Flores.
Los vecinos mas antiguos del barrio contaban que Lorenza, mas de sesenta
años atrás, había sido una muchacha hermosa, de cabellos dorados y ojos color
cielo, de muy jovencita había perdido a sus padres, a pesar de criarse sola
estudiaba un profesorado en idiomas, y fue allí en uno de los pasillos de la
casa de altos estudios conoció a Gregory un profesor de francés, pronto se
enamoraron y comenzaron a relacionarse, nació un apasionado amor. Solían verlos tomados de las manos haciendo
largas caminatas por el Rosedal, luego el comenzó a frecuentar su casa. Lorenza
todas las tardes a las cinco ya tenia la sala preparada, los candelabros
encendidos, el mantel de puntillas de encaje, las servilletas y las dos tazas
de te de porcelana inglesa, disfrutaban de ese amor, horas y horas.
Un tiempo mas adelante ella se dio cuenta que la salud de el iba
desmejorando, lo veía pálido y delgado, y por mas que fueron a los mejores
médicos y que hizo todos los tratamientos que le indicaron, en pocos meses una
cruel enfermedad se llevo la vida de su amado.
Ya Lorenza no fue la misma, comenzó
a ausentarse a las clases, se aparto del círculo de amigos, se fue apagando esa
sonrisa de sus labios, sus ojos brillantes ahora se veían opacos. Se quedo en
el tiempo y así eligió vivir, se negó al mañana y vivía en el ayer, la soledad
pasó a ser su amiga, su confidente, una compañía inseparable. Pasaron los meses
y los años pero su mente se detuvo en esas tardes románticas junto a Gregory,
en esas palabras que aun susurraban en sus oídos:”palomita amada, muéstrame tu
rostro, déjame oír tu voz, tu voz es dulce, tu rostro bello, eres hermosa amada
mía, desde que me miraste mi corazón te pertenece, es tuyo desde que lo
envolviste entre los hilos de tu collar”.
Las persianas de la casa estaban todo el día cerradas, pero algo que
llamaba la atención de los vecinos era, que todas las tardes a las cinco la
casa parecía que volvía a vivir, a
través de un visillo la veían a Lorenza encender los candelabros, poner el
mantel de puntillas de encaje, las servilletas y las dos tazas de te de
porcelana inglesa, su rostro volvía a iluminarse, sus ojos brillaban nuevamente
y reía, reía, bailaba y bailaba. Por eso
la llamaban “la loca Lorenza”.
Así pasaba los días, meses y años, aunque su cuerpo se iba desgastando, y
su figura se iba debilitando... ella era
feliz, feliz, inmensamente feliz… todas las tardes a las cinco.
Le decían Lorenza cuento corto por Mary Romero, premiado en tercer lugar por Escritores Argentinos.
La llamaban la loca Lorenza, decían que era rara, ausente, perdida, como
que vivía en otro mundo.
La veían salir temprano en la mañana a sacar el perro, a comprar algunos
víveres y luego pasaba el día encerrada en su casa. Algunos niños traviesos del
vecindario tocaban el timbre y salían corriendo, le tiraban piedras al frente
de su casa, o le gritaban “loca, loca”, pero ella ni se percataba de ellos, de
la puerta para afuera no tenia ninguna relación, su mundo era pequeño,
solamente su modesta casa del barrio de Flores.
Los vecinos mas antiguos del barrio contaban que Lorenza, mas de sesenta
años atrás, había sido una muchacha hermosa, de cabellos dorados y ojos color
cielo, de muy jovencita había perdido a sus padres, a pesar de criarse sola
estudiaba un profesorado en idiomas, y fue allí en uno de los pasillos de la
casa de altos estudios conoció a Gregory un profesor de francés, pronto se
enamoraron y comenzaron a relacionarse, nació un apasionado amor. Solían verlos tomados de las manos haciendo
largas caminatas por el Rosedal, luego el comenzó a frecuentar su casa. Lorenza
todas las tardes a las cinco ya tenia la sala preparada, los candelabros
encendidos, el mantel de puntillas de encaje, las servilletas y las dos tazas
de te de porcelana inglesa, disfrutaban de ese amor, horas y horas.
Un tiempo mas adelante ella se dio cuenta que la salud de el iba
desmejorando, lo veía pálido y delgado, y por mas que fueron a los mejores
médicos y que hizo todos los tratamientos que le indicaron, en pocos meses una
cruel enfermedad se llevo la vida de su amado.
Ya Lorenza no fue la misma, comenzó
a ausentarse a las clases, se aparto del círculo de amigos, se fue apagando esa
sonrisa de sus labios, sus ojos brillantes ahora se veían opacos. Se quedo en
el tiempo y así eligió vivir, se negó al mañana y vivía en el ayer, la soledad
pasó a ser su amiga, su confidente, una compañía inseparable. Pasaron los meses
y los años pero su mente se detuvo en esas tardes románticas junto a Gregory,
en esas palabras que aun susurraban en sus oídos:”palomita amada, muéstrame tu
rostro, déjame oír tu voz, tu voz es dulce, tu rostro bello, eres hermosa amada
mía, desde que me miraste mi corazón te pertenece, es tuyo desde que lo
envolviste entre los hilos de tu collar”.
Las persianas de la casa estaban todo el día cerradas, pero algo que
llamaba la atención de los vecinos era, que todas las tardes a las cinco la
casa parecía que volvía a vivir, a
través de un visillo la veían a Lorenza encender los candelabros, poner el
mantel de puntillas de encaje, las servilletas y las dos tazas de te de
porcelana inglesa, su rostro volvía a iluminarse, sus ojos brillaban nuevamente
y reía, reía, bailaba y bailaba. Por eso
la llamaban “la loca Lorenza”.
Así pasaba los días, meses y años, aunque su cuerpo se iba desgastando, y
su figura se iba debilitando... ella era
feliz, feliz, inmensamente feliz… todas las tardes a las cinco.
miércoles, 2 de noviembre de 2016
Las plañideras por Mary Romero
Cuando era adolescente
viví en una ciudad donde había una costumbre, cuando una persona fallecía
pagaban a un numero de mujeres todas vestidas de negro para que lloren en los
velorios, las llamaban las plañideras, era el oficio de estas mujeres cobrar
dinero para llorar.
Esta era una practica de
tiempos remotos, ya el profeta Jeremías hablaba de ellas, (Jeremías 9: 17).Se
presume que viene del tiempo de los egipcios, en varios países del mundo
todavía contratan a estas mujeres.
En cierta ocasión cuando
Jesús andaba por Galilea un hombre le
pidió que vaya a su casa porque su hija estaba muy grave, no había terminado de
hablar cuando vinieron unos mensajeros y le dijeron que deje todo así porque la
niña había muerto, a pesar de la situación Jesús fue a la casa de este jefe de la sinagoga.
Cuando entraron a la casa se encontraron con un gran alboroto, con mucha gente llorando a gritos y
lamentándose, los músicos listos con sus flautas preparados para el entierro, Jesús
pidió que se retiren que no lloren porque ella dormía, no estaba muerta, y así
fue la niña volvió a la vida e inmediatamente se levanto.
Que cambio produjo en la
casa de Jairo la presencia de Jesús, de luto a fiesta, de gritos de dolor a risa,
de plañideras a gozo, el rey David dijo: “Tu cambiaste mi tristeza y la
convertiste en baile. Me quitaste la ropa de luto y me pusiste ropa de fiesta,
mi Señor y Dios no puedo quedarme callado, por eso siempre te alabare.
martes, 23 de agosto de 2016
Tiempo y oportunidad por Mary Romero
El titulo del
periódico local decía:”Se suicido una señora”, cuando leí el nombre me embargo
mucha tristeza y dolor, la conocía de muchos años atrás, habíamos tenido largas
charlas.
Me contó de su
vida triste, de dolores muy profundos, de heridas abiertas que nunca cerraron,
llevaba una mochila de desesperanza a cuesta por la perdida de su hijito de
corta edad, junto a su esposo e hijas trataban de salir de la situación, cosa
que ella no lograba.
Siempre le dije
que aun en ese inmenso dolor había esperanza, nunca la muerte va a tener su
última palabra, me escuchaba siempre atentamente, pero nunca acepto conocer a
Dios íntimamente y que su paz le de sosiego.
Cuantos combates
y conflictos se apropian de la mente, cuantas miserias humanas se viven y se
pasa toda la vida atrapada en esas batallas que ciegan el entendimiento y no
permiten que la mente sea renovada. El sabio Salomón escribió en el libro de
Eclesiastés, “Tiempo y ocasión acontecen a todos”
Hace un tiempo
atrás nos encontramos en el supermercado, su herida seguía sin cicatrizar, el
peso del dolor se reflejaba en su rostro, tiempo y ocasión lo tuvo en sus manos,
pero lo dejo pasar, no lo estimo.
martes, 26 de julio de 2016
Cuando las heridas demoran en sanar por Mary Romero
Ella le dijo: Ya
hace nueve años partió, pero todavía lo recuerdo y lloro por el como el primer
día.
El muy
tiernamente le tomo la mano y apoyando sus labios en sus oídos le dijo: ¿Lloras
por el, o por vos?
Respondió: No
entiendo lo que me quieres decir. El nuevamente le hablo en sus oídos; si
supieras en donde esta, si supieras por donde camina, si supieras como se
deleita con el verdor de los jardines, si supieras como moja sus pies en esas
cascadas de aguas cristalinas, si supieras como el canto de los ángeles lo
acompañan continuamente, si supieras que esa ciudad en donde vive es pura, que
la luz de Dios brilla siempre, si supieras que allí todo es paz, allí no
existen las lagrimas, no hay mas dolor.
¿Quieres que
vuelva? No... Dijo ella, acá sufrió
mucho por esa cruel y dolorosa enfermedad, déjalo allí porque es feliz… pero
tengo esta herida que no cura. El respondió: Curaras, y cuando veas la cicatriz
que quedara, te recordara que tu amado es feliz, que esta esperando verte
llegar.
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Señor (dijo
ella), yo iré a encontrarme con el, entrare por las puertas de perlas y cruzare
el mar de cristal, de mi herida jamás me acordare y seremos felices por la
eternidad.
martes, 12 de julio de 2016
Bicentenario
Tejí esta mariposa con los colores blanco y celeste que nos identifican con nuestra patria.
El Creador dio sus mejores pinceladas sobre esta tierra, nuestra amada Argentina, de norte a sur, de este a oeste hermosa por donde se la mire.
Sus fértiles valles, las montañas coloridas ricas en minerales, cascadas impresionantes, lagos, ríos, glaciares con sus nieves eternas, sus saludables aguas termales, la selva, los bosques, tierra fructífera y bendecida abrazada por los dos grandes océanos, pacifico y atlántico. Somos muy felices por vivir en ella, cada día aportemos para verla grande.
Oremos por los que la gobiernan para que vivamos quieta y reposadamente, porque Dios bendice a la nación que lo acepta como dueño y bendice al pueblo que lo reconoce como Dios. ¡Feliz bicentenario amada patria!
El Creador dio sus mejores pinceladas sobre esta tierra, nuestra amada Argentina, de norte a sur, de este a oeste hermosa por donde se la mire.
Sus fértiles valles, las montañas coloridas ricas en minerales, cascadas impresionantes, lagos, ríos, glaciares con sus nieves eternas, sus saludables aguas termales, la selva, los bosques, tierra fructífera y bendecida abrazada por los dos grandes océanos, pacifico y atlántico. Somos muy felices por vivir en ella, cada día aportemos para verla grande.
Oremos por los que la gobiernan para que vivamos quieta y reposadamente, porque Dios bendice a la nación que lo acepta como dueño y bendice al pueblo que lo reconoce como Dios. ¡Feliz bicentenario amada patria!
jueves, 9 de junio de 2016
Un lapso de tiempo por Mary Romero
Mirando la película “El poder de la esperanza” escuche
esta frase que me llamo la atención: “En toda lapida hay dos fechas, una la del
nacimiento y otra, la del día del fallecimiento, entre estas dos fechas hay un
guión, y ese guión es el que marco nuestra existencia”.
Ahí me detuve a pensar, en el pequeño guión...Ese guión
es el que traza toda nuestra vida. Sea larga o corta dejamos huellas
imborrables, a veces para bien y otras para mal.
Decía Moisés (el hombre que liberto al pueblo de Israel) “Nuestros
años son como un pensamiento” pasan muy veloz, “Cuando comienza el día estamos
frescos y radiantes, termina el día y estamos secos y marchitos” “Somos como la
hierba que en la mañana florece y crece pero en la tarde se seca”
Así como escapa un suspiro, los años se nos escapan.
Vivimos días de alegría y también de tristeza, de angustia y problemas, días de
salud y otros de enfermedad, días de buenas noticias y días de luto, días de
dar y otros de recibir, días de siembra, días de cosecha, días de abundancia y
otros de escasez, y así escalón mas escalón pasamos la vida hasta que el guión
termina.
Todo lo que hagamos o como actuemos afecta a otros,
vivamos cada día llenando nuestra mente de sabiduría.
Recordemos que es solo un lapso de tiempo.
sábado, 12 de marzo de 2016
Las cucharas largas por Mary Romero
Un rabino quiso
saber como era el infierno y como era el cielo. “Yo te enseñare ambos”, le dijo
un profeta. Tomándole de la mano, le llevo a una habitación donde había una
gran olla con comida deliciosa, alrededor de la cual se encontraban un círculo
de personas, pero todas tristes, delgadas y de mal aspecto. Cuando se fijo,
comprobó que todas tenían en las manos cucharas demasiados largas y no podían
dirigirlas a la boca. Miraban la comida y no podían disfrutarla. “Este es el
infierno”, dijo el profeta.
Después entraron
en otra habitación. Todo parecía ser exactamente igual que en la anterior, pero
las personas aquí estaban felices, parecían sanas y bien alimentadas. Cuando el
rabino, extrañado, se fijo mejor, vio que con las largas cucharas se daban la
comida unos a otros, ayudándose así a comer. El rabino no pregunto donde se
hallaba, porque ya tenía la respuesta.
A diario nos
encontramos con personas que necesitan que les “demos de comer”, solo poniendo
nuestra mano en su hombro, o tal vez una palabra de ánimo, o diciéndole “Dios
te ama”, circunstancias se nos presentan de continuo, si lo ponemos en practica
nos veremos felices, sanos y bien
alimentados.
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